¿Qué es el Bautismo?

El bautismo es el inicio en la persona que lo recibe de la vida nueva en Cristo, una vida limpia y verdadera, esperanza para todo nosotros. Es la expresión visible y pública de que seguimos a Jesús. Es la puerta por la que nos incorporamos a la gran familia de los cristianos, creyentes en Jesús, que es la Iglesia. Es un nuevo nacimiento, por la fuerza y la gracias del Espíritu Santo, a una vida de esperanza y caridad, aguardando la promesa de vida eterna que nos ha hecho el Señor. Es el comienzo de un camino que se emprende en y con la comunidad de los creyentes.

El Bautismo nos reconoce públicamente como hijos de Dios, dando sentido a nuestra manera de vivir e incluso a nuestra propia muerte.

El Bautismo, el inicio de un camino de fe

La fe es el fundamento en la vida de los creyentes en Cristo.

“No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Deus caritas est 1)

Es la fe en Jesucristo la que nos permite vivir como auténticos cristianos. Solo en la fe de la Iglesia uno puede crecer en la vida cristiana, en la fe. Por eso, la fe es necesaria para poder recibir el sacramento del Bautismo. En el caso de los niños, estos no puede manifestar personalmente la fe, por lo tanto son bautizados por la profesión de fe de sus padres y padrinos. Es, por tanto, necesario la coherencia en la vida de fe de estos.

La fe que se requiere para el bautismo no es una fe perfecta y madura, sino un comienzo que está llamado a desarrollarse. Pero una fe que debe ser profesado con convencimiento por ello, al catecúmenos (persona que va a ser bautizada) o a su padrino se le pregunta: “¿Qué pides a la Iglesia de Dios?, a lo que responde: “El Bautismo”, manifestando en esta respuesta su propia fe.

En todos los bautizados la fe debe crecer después del bautismo. Por eso, la Iglesia celebra cada año en la noche pascual la renovación de las promesas bautismales, que hacemos todos los cristianos.

¿Cuál es la responsabilidad de los padres?

Los padres que piden el bautismo para sus hijos deben comprender la necesidad de manifestar la fe para poder recibir el sacramento. Un recién nacido puede ser bautizado en la fe que profesaran sus padres y padrinos.

  1. Los padres que deseen bautizar a sus hijos deben tomarse en serio su propia vida cristiana, puesto que los hijos son bautizados en la fe que sus padres viven en comunión con la Iglesia.
  2. Han de ser garantías serias de un compromiso a educarles en la fe y en la vida cristiana, como manifestarán públicamente en la celebración del bautismo. Este compromiso tiene mayor seriedad que cualquier otra promesa hecha en el resto de la vida, puesto que ha sido solemnemente manifestado ante Dios y en la presencia de la comunidad cristiana.
  3. La fe que se pide para el hijo/a en el Bautismo exige a los padres:
    • Que no se haya renunciado a la fe católica.
    • Que no se haya actuado con signos contrarios a esa fe en momentos claves de la vida, por ejemplo: haber elegido el matrimonio civil en lugar del matrimonio católico.
    • Que se dé ejemplo de una vida honrada en el trabajo, los negocios, la familia y la educación de los hijos.
  4. Solicitar de la parroquia la celebración del Bautismo con suficiente antelación, al menos un mes antes, en orden a su preparación.
  5. Elegir personas cristianas ejemplares como padrinos del niño/a, y que reúnan las cualidades exigidas por la Iglesia para poder desempeñar dignamente su función de educadores cristianos de sus ahijados.
  6. Es necesario asistir a las Catequesis de preparación para la celebración que ofrece la parroquia.

Misión de los padrinos ¿Quién puede serlo?

Es misión de los padrinos procurar que sus ahijados sean educados en la fe y en la vida cristiana, ejerciendo esta tarea juntamente con sus padres. Por lo tanto, lo primero que se les pide es “coherencia” de vida cristiana para poder ser referentes en la vida cristiana de los niños/as.

para ser padrino o madrina de Bautismo es necesario:

  1. Haber cumplido los 16 años de edad.
  2. Haber recibido el Sacramento de la Confirmación. Alcanzamos la madurez en la vida cristiana cuando hemos recibido los tres sacramentos de Iniciación Cristiana: Bautismo, Eucaristía y Confirmación. Se deseamos acompañar a un niño para que pueda llegar a esta madurez es coherente que el padrino o madrina haya completado su iniciación.
  3. Llevar una vida congruente con la fe y la misión que se va a asumir:
    • No haber renunciado a la fe católica.
    • Si es casado, haber recibido el sacramento del Matrimonio (casado por la Iglesia, no solo por lo civil o simplemente unidos de mutuo acuerdo).
    • Ser cristiano practicante.
    • Dar ejemplo de una vida honrada en su trabajo o negocio, en la familia, etc.
  4. Asistir, junto a los padres del niño, a la preparación del sacramento que ofrece la parroquia.

“Que este primer encuentro con Jesús sea tu fuente de luz en tu caminar por el resto de tu vida”

img

Enlaces de interés

A continuación os mostramos información que puede ser de vuestro interés.