Comenzamos este mes de noviembre la celebración de los Encuentros Tabor. Espacios de oración, de silencio, de encuentro personal con el Señor. Lo vivimos en el contexto de la noche. A una hora en la que hemos de movernos, salir de nuestra comodidad, para salir a encontrarnos con Él.
Los llamamos Encuentros Tabor porque es el Señor el que nos invita a acompañarlo. Subimos a la montaña porque sabemos que es lugar privilegiado para encontrarnos con Él. Y como en toda subida, hemos de ser conscientes de todo aquello que debemos ir dejando para acudir ligeros a su invitación. La invitación es suya, porque quiere revelarse en tu vida. Quiere mostrarse para ti, para que pueda arder tu corazón.
En este primer Encuentro Él va a pasar muy cerca de ti, de todas aquellas cosas que te mantienen postrado, te va a mirar y se va a interesar por ti.